Alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres en todos los ámbitos es uno de los principales objetivos de la legislación social española, además de estar enmarcada en numerosas normas internacionales y comunitarias.
Dentro de este marco normativo, la Ley Orgánica 3/2007 define el plan de igualdad como el “conjunto ordenado de medidas, adoptadas después de realizar un diagnóstico de situación, tendentes a alcanzar en la empresa la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y
hombres y a eliminar la discriminación por razón de sexo”.
Es, por tanto, un instrumento estratégico para garantizar la igualdad de mujeres y hombres
mediante medidas concretas.
Imagen de Sincerely Media. Unsplash.
Además de cumplir con la obligación legal de implantar un plan de Igualdad, poner en
marcha medidas de igualdad efectiva en el ámbito laboral es una responsabilidad
empresarial necesaria para avanzar en la consecución de la igualdad de oportunidades en
el ámbito laboral.
Está demostrado que contar con un plan de igualdad conlleva numerosos beneficios para
las organizaciones, veamos algunos de ellos:
La revisión de la organización de la empresa permite establecer mejoras en los turnos de
trabajo, los tipos de contrato, los salarios, etc. incrementando la eficacia de la organización
y su productividad.
La optimización de la gestión del talento en la empresa favorece el desarrollo de la creatividad y la innovación, favoreciendo la motivación del personal y, a su vez,
fortaleciendo la reputación empresarial.
La implantación de un plan de Igualdad ayuda a transmitir el compromiso real de la empresa
con la responsabilidad social, lo que se traduce en un reconocimiento por parte del
mercado. Además, mejora la comunicación con el personal, que se siente más integrado y
partícipe de la empresa, lo que fortalece la reputación de la misma.
La mejora en la gestión del personal, estableciendo medidas para la conciliación, la flexibilidad laboral, etc. reduce el estrés y disminuye las bajas laborales.
Establece la prevención para detectar situaciones de discriminación o acoso, adoptar a
tiempo medidas correctoras y actuar de forma eficiente para evitar la conflictividad laboral.
Aplicar medidas igualitarias ayuda a generar un clima de confianza y mejora la motivación
de las personas en el entorno laboral, su rendimiento y calidad del trabajo, ya que se reduce
la conflictividad.
Aporta una mayor baremación de puntos para las empresas que tengan implantado un plan
de igualdad a la hora de establecer contratos con la administración pública o para la obtención de ayudas y subvenciones.
¿Has oído hablar del sello de igualdad en la empresa? Es un reconocimiento a las buenas prácticas realizadas por organizaciones a favor de la igualdad de género, implementando medidas que favorezcan la la igualdad de condiciones y oportunidades y
que eviten la discriminación por razón de sexo, género u orientación sexual.
Existen varios distintivos a los que puede optar cualquier empresa comprometida con los valores de la igualdad y no discriminación:
En primer lugar, el que otorga cada año el Ministerio de Igualdad tanto para empresas privadas como para entidades públicas, y que está regulado en el RD 850/2015.
Otro distintivo, el SG City 50-50 está diseñado para aquellas administraciones públicas que
realicen políticas de igualdad dentro del ámbito municipal e integren la perspectiva de género dentro de las actividades y políticas del ayuntamiento. Tiene reconocimiento a nivel internacional y lo otorga la entidad Forgender Seal.
También se ha creado el sello SGI de Igualdad de oportunidades y de Igualdad retributiva, que permite certificar a nivel internacional el cumplimiento de las organizaciones con la norma SGI 2010, incluyendo una norma específica de gestión del acoso.
En España, además, hay administraciones autonómicas como la Junta de Andalucía que
están poniendo en marcha distintivos de excelencia como certificación de buenas prácticas
empresariales en materia de igualdad.
¿Hablamos?